La
historia nunca se repite exactamente, aunque el recuerdo de Roma se
asemeja tanto a esta promiscua debacle. Como es conocido, estos pueblos
guerreros y sabios (Asperokes, Cherokees, pueblo, piel rojas, seminoles,
comanches, etc) fueron despojados de su territorio por la vía
del exterminio y expolación, territorio que finalmente ellos
no lo sentían suyo, así lo dijeron y no fueron escuchados,
y desde entonces fuimos advertidos de ese peligro: del absurdo de apropiarse
y manipular la tierra de esa manera, sin sabiduría ni veneración
Creemos
que la primacía y el poder desmedido ha sido acotado, después
de muchas e innumerables injusticias, parece que los ideales democráticos
y de fundamental convivencia avanza a pesar de los oportunistas y políticos
improvisados, y confiamos que tiempos del terror encontrarán fuerte
oposición para establecerse.
La historia ha empezado a tomar otro rumbo, y ya no está muy claro
quienes son los buenos y quiénes los malos, ya no es como antes,
como cuando el imperio conquisto el wild west, ya hemos visto de sobra
a John Wyne y a Rambo. Ya todo mundo sabe que no hay sentimientos de comunidad
sino de individualismo y con suerte de individualidad.
Las propuestas para resolver este sentimiento de zozobra, pueden ser muy
radicales y variadas. Por ejemplo proponemos borrar las fronteras de los
actuales estados, con toda su pompa, su racismo, su continua guerra civil
y social; con sus ganadores y perdedores, ricos y pobres, malos y buenos;
quizá habría que replantear los esquemas.
Ahora, el vaquero americano es un anacronismo, y sus Colt 44, así
como sus misiles "inteligentes" están desfasados en la
nueva "guerra" que dicen librar, y sabemos que no es preciso
hacer volar el tren repleto de dinamita, si se puede destruir los pueblos
con las carretas propias y miedos de la población por perder