y así poder vender otros millones de autos más. Bueno, me dirán ustedes, y cual es el problema? Después de todo, tener calles, estacionamientos, autopistas y demas infraestructuras automovilísticas, es considerado como un signo del progreso de un país. Y no faltarán quienes digan que el derecho a moverse libremente con el medio de transporte que uno quiera es un derecho elemental de toda democracia que se respete. (Y no serán los estadounidenses quienes digan lo contrario). Pero mientras una insignificante minoría de la humanidad disfruta de tal derecho, el resto está condenado a sufrir las consecuencias nefastas de haber privilegiado el automóvil como medio de transporte. Esto ya no suena tan democrático. Peor aún, el uso que hacemos del auto es de lo más irracional. Con menos de dos pasajeros en promedio, la mayor parte de la energía utilizada es quemada en balde. Si, preciosa energía que podría ser usada para, efectivamente, hacer progresar mas de un país!. Se trata de un acto de gran irresponsabilidad, a la cual, muchos agregarán el cinismo de decir: "-Sí el gobierno construyese mas vías, el problema sería resuelto!" Claro, puesto que no vamos, después de un siglo de industria automotriz, a cuestionar la manera en la que usamos dicho medio. Finalmente, la actitud predominante en favor del automóvil es infantil, pero se trata de niños muy irresponsables, que hacen correr
riesgos innecesarios a quienes nada tienen que ver en el asunto.


Oponerse hoy en día a la ideología pro-automovilistica dominante es un gran acto de rebeldía. Y podemos comprobarlo fácilmente por el número de gentes que nos tratarán como locos o nos dirán que es una causa perdida. Abrirse paso a través de las calles y las carreteras en una bicicleta no es, como muchos piensan, un acto de inconsciencia o simplemente la manifestación de un bajo ingreso, es también, un acto de resistencia. Es manifestar que otra forma de moverse es posible, para trabajar, para pasearse, e incluso para viajar. El ciclista es comparable a un guerrillero en cuanto arriesga su vida por este acto de resistencia. No es un loco irresponsable. Es una persona que ha decidido ser adulta y olvidar a esos niños estúpidos extasiados con sus nefastos juguetes.